La pátina es uno de los efectos más populares dentro del mundo de la pintura y decoración. La textura, suave y delicada, que se queda en la superficie permite crear una apariencia antigua y elegante en cualquier objeto o pared. Además, es un recurso muy utilizado para reutilizar viejos muebles y dotarles de una imagen renovada. Pero, ¿cómo lograr este efecto de pátina?
En primer lugar, es esencial saber que el resultado final puede variar según la superficie y los productos utilizados. Para comenzar, la elección del color de la pintura base es fundamental. Tonalidades claras como el blanco, beige o gris permiten que la pátina resalte más y proporcione un efecto envejecido.
Una vez elegido el color base, se puede aplicar la pátina utilizando diferentes técnicas. Una opción es utilizar cera, que se aplica sobre la superficie previamente pintada. Con un trapo seco, se eliminan los excesos de cera hasta que se logra el efecto deseado. Para un mayor envejecimiento de la superficie, se puede usar una lija y raspar ligeramente la pintura. Si se busca un efecto más discreto, se puede utilizar una brocha suave para eliminar el exceso de cera en las zonas que se desee mantener claras.
Otra técnica que se puede utilizar es la técnica del fuerte contraste. Para esto, se debe aplicar una capa de pintura base y, posteriormente, otra capa de pintura en un color diferente pero incluso más claro que el anterior. Cuando la pintura está seca, se utiliza una lija para raspar la pintura más clara y mostrar la base. Al raspar la pintura superior, se logrará un efecto de pátina clásico.
También se puede utilizar una técnica de dos fases que consta de aplicar una capa de pintura base y, una vez seca, una capa de pegamento no tóxico diluido en agua. Encima de esta capa húmeda, se aplica la pintura del color deseado. Cuando la pintura de la capa superior esté seca pero ligeramente adherida, se puede lijar suavemente la pintura superior para revelar la base, consiguiendo ese efecto de pátina.
Para una pátina más oscura, se puede utilizar una técnica con un derivado del betún de judea. Se mezcla esta sustancia con aguarrás o trementina y se aplica sobre la superficie previamente pintada y seca. Esta capa se esparce uniformemente con un trapo o pinceles, eliminando el exceso en las zonas que se desean mantener claras. Para un mayor contraste, se puede utilizar una brocha para retirar el betún en las zonas que se desean aclarar.
Por último, si se busca un efecto de pátina menos convencional, se puede utilizar una técnica de envejecido más natural. Para esto, se deben utilizar plantillas de hojas secas o ramas para dejar su forma marcada en la superficie previamente pintada. Una vez seco, se puede lijar ligeramente la pintura, logrando un efecto interesante y único.
Para concluir, conseguir un efecto de pátina no es una tarea difícil si se utilizan las técnicas correctas y se es paciente en el proceso. Cualquier objeto o pared puede ser transformado en un objeto con apariencia envejecida y elegante, proporcionando un toque único y vanguardista a la decoración del hogar. ¡A poner en práctica todo lo aprendido!